Moda o estrategia? La fiebre de las certificaciones y sellos en la industria de alimentos

Escrito por Paty Lomelí

Orgánico, Kosher, Non-GMO, Gluten-Free, Libre de alérgenos, Keto Friendly, Upcycled… Cada vez más productos en el supermercado están llenos de sellos. Para muchos consumidores, estos símbolos transmiten confianza. Pero para los productos, obtenerlos implica inversión, auditorías, cambios operativos… y la gran pregunta: ¿vale la pena?

Este post no es para decirte si debes o no certificarte, sino para ayudarte a tomar esa decisión de forma estratégica, y no solo porque “todos lo están haciendo”.

¿Por qué tantos sellos están de moda?

1.     El consumidor exige más transparencia

La gente ya no solo busca sabor o precio: quiere saber qué está comiendo, cómo se produce y si es “bueno” para su salud y el planeta.

2.     Las marcas buscan diferenciarse

En un mercado saturado, los sellos se usan como herramientas de marketing para sobresalir en el anaquel.

3.     La influencia de redes sociales

Muchos sellos se han vuelto aspiracionales. No es rato ver a alguien eligiendo un snack solo porque tiene el logo de USDA Organic o Non-GMO Project.

 

Estrategia de marketing: el poder de los sellos como símbolo

Un sello bien colocado puede convertir lo obvio en una ventaja competitiva. Piénsalo así:

Ejemplo real: Las palomitas de maíz son, por naturaleza, un alimento sin gluten. Sin embargo, muchas marcas pagan la certificación “Gluten-Free” para colocar el sello en su empaque.

¿Por qué lo hacen si el producto no contiene gluten desde el origen?

Porque el sello no solo informa, también vende. El consumidor promedio no analiza ingredientes ni procesos, pero sí reconoce símbolos. Un simple sello puede:

·       Transmitir seguridad (“este producto ya fue verificado”)

·       Generar asociación positiva (“si tiene este sello, debe ser más sano”)

·       Dar ventaja frente a competidores que no lo tienen

En marketing, los sellos se convierten en “micro-mensajes visuales” que comunican confianza y calidad sin necesidad de explicar nada.

Entonces, aunque técnicamente no lo necesites, estratégicamente puede ayudarte a destacar y conectar con ciertos perfiles de consumidor.

 

Pero… ¿Realmente necesitas todos esos sellos?

Antes de lanzarte a certificarte, vale la pena hacerte estas preguntas:

·       ¿Mi cliente objetivo valora este sello?

Tal vez tu cliente no sabe qué es Kosher o no le interesa el Gluten-Free.

 

·       ¿Estoy dispuesto a modificar procesos o ingredientes?

Algunas certificaciones requieren cambios importantes.

 

·       ¿Puedo sostener el costo de implementación y renovación anual?

Hay tarifas, auditorías, inspecciones, etc.

 

·       ¿Ese sello me abre nuevos canales de venta o mercados?

Si no lo hace, puede ser un lujo innecesario.

 

¿Cuándo sí vale la pena?

·       Cuando el sello lo exige un cliente o canal comercial (exportación, supermercados, distribuidores especializados).

·       Si tu producto compite en un mercado nicho (celíacos, veganos, kosher, etc.).

·       Cuando ya cumples con los requisitos y certificarte no implica grandes cambios.

·       Si estás construyendo una marca premium o enfocada en salud/sustentabilidad.

 

Tener un sello no garantiza más ventas, pero sí puede ayudarte a ganar visibilidad, credibilidad y posicionamiento… si lo usas con inteligencia. No se trata de coleccionar logos, sino de alinear tu estrategia comercial con lo que realmente valora tu consumidor.

¿Estás considerando certificar tu producto con algún sello?

En JESAM te ayudamos a evaluar si te conviene, qué implica y cómo hacerlo sin perder el enfoque de negocio.

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